Hoy me toca transmitirle mi testimonio a todos los que estén leyendo este artículo. Mi nombre es Erica, tengo 33 años, desde abril del 2006 me diagnosticaron LUPUS ERITEMATOSO SISTEMICO que es una enfermedad autoinmune que afecta principalmente los órganos con colágeno y las articulaciones, desde ese momento empecé un tratamiento con corticoides e inmunosupresores, pero cada vez me sentía peor, tanto es así que a fines de octubre del 2006 tuve principio de cerebritis – inflamación del cerebro- con lo cual tuvieron que cambiar el tratamiento por otro más agresivo, así que desde ese día y por un año y medio más, estuve recibiendo quimioterapias de ciclofosfamida, más el corticoides, los inmunosupresores y otros medicamentos más. Aparte de sentirme enferma, me sentía mal ya que de tanto que engorde, en poco tiempo, las personas a las cuales trataba a diario no me reconocían.
Fue una etapa muy dura, pero más dura fue cuando luego de que termine con las quimios, empecé a tener complicaciones para caminar, me hicieron un centellograma y se confirmo la temible sospecha, de que tenía necrosis ósea aséptica bilateral de cadera, proceso más duro que el anterior porque aparte de sentirme enferma me sentía inmóvil, estuve dos meses en la cama, luego continué con dos muletas hasta que llegue a usar una.
Así fue que llegué, a principio del año 2009, al grupo de oración “Al tercer día” por una invitación que le hicieron a una amiga y como no quería ir sola, me pidió que la acompañe. Yo no les puedo explicar lo contenida que me sentí desde el primer momento, ya que con mi amiga Graciela, quedamos en encontrarnos en la Iglesia y llego más tarde, así que estuve un buen rato sola, pero se acerco a mí, Susana y con un hermoso saludo me dio la bienvenida. Desde ese momento sentí que ese era mi lugar, un lugar donde me sentía plena a pesar de la mochila que llevaba, donde podía expresarme, aunque debo decirles que las primeras semanas iba a gritar mientras los demás cantaban.
A los 4 meses de ir semanalmente, recibí mi sanación de parte de Dios, deje la muleta con la cual me movilizaba y luego de unos controles médicos me dijeron que el lupus estaba inactivo, de esto hace ya más de 4 años, que me hago los controles y todo sigue bien, se imaginarán mi alegría, porque la doctora me suprimió toda la medicación que tomaba. Pero el Señor no solo empezó su obra de sanación sino que tocó mi corazón y puso un deseo de conocer más y más de Él, es así como me convertí, comencé catequesis, recibí los sacramentos de comunión y confirmación a mis 29 y 30 años respectivamente. Hoy no me canso de alabarlo, glorificarlo y darle gracias por todo lo que hizo, hace y va a hacer en mi vida, ya que me siguió dando más obsequios, es así que luego de un ayuno comunitario donde compartíamos la palabra diariamente y la reflexionábamos, llevándola a nuestras vidas, el Señor me regalo un novio, que hoy es mi esposo, que ama al Señor y me ama. Gracias Señor por estar en mi vida, por amarme
y salvarme.
Te amo.
Erica.
Testimonio de Erica. Sobre la Sanidad que nos regala Dios.
Escrito el 25/08/2016
Erica P.
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