Cuando llegue al grupo “Al Tercer Día” mi vida estaba sin rumbo, desanimada, triste, enferma por dentro y por fuera, sin ganas de seguir adelante. Si bien yo creía en Dios porque asistía a misa, tomé mis sacramentos, pero no tenía entendimiento que: la culpa, el miedo, la miseria. La enfermedad no es lo que Dios quiere para sus hijos.
Enferma de mis ovarios, tratados y operados por quistes, con diagnóstico no muy alentador. Con tratamientos para la piel que me llevó a tomar muchos medicamentos que afectó mis manos y mi sistema nervioso se alteró, al punto de auto lastimarlas en varias ocasiones.
Trabajar y que el dinero no alcance por malgastarlo en juegos (quiniela, bingo, etc.) Yendo a tarotistas, curanderos, etc. Para que me ayuden; todo era confuso, a escondida, de mentira en mentira.
Asistiendo todos los jueves a los grupitos de ayuda, participando de los talleres, retiros, me ayudó a conocer la palabra de Dios, eso me permitió sanar y vivir una nueva vida.
Una cita bíblica que me ayudó mucho al principio fue Baruc 5 una promesa de Dios. Día a día, paso a paso, confiando en las promesas del Señor se puede salir adelante, restaurando mi matrimonio y la relación con mis hijos. 
Dios los bendiga!!! 
Carolina