Hoy más que nunca el Señor nos llama a ser transformadores de atmósfera y testigos de su luz. Confrontarnos a nosotros mismos y dejarnos confrontar por el Señor, en la intimidad reparadora de su Presencia para hacer frente (enfrentar) a esta situación actual de la pandemia.
¿Qué emociones reinan en mí con tantas noticias? ¿Qué me da seguridad y confianza por estos días de cuarentena? ¿Cómo podemos protegernos, salvarnos? ¿Cómo quitarle el poder a este virus?
En el diccionario confrontar significa “carear una persona con otra” o “cotejar una cosa con otra”. La palabra enfrentar significa afrontar o hacer frente a, conlleva un matiz de conflicto; enfrentarse con el enemigo”.
La Palabra de Dios, que es la espada del Espíritu; nos dice qué hacer. Me confronta, me pone cara a cara con Dios, con lo que Él piensa y dice para esta situación:
“En la conversión y en la calma estaba su salvación, y su seguridad, en una perfecta confianza”. (Isaías, Capítulo: 30, 15).
Les comparto mi experiencia de confrontación conmigo misma y con Dios. En estos días de aislamiento social me estoy viendo cara a cara con las emociones que reinan en mi interior. El hecho de parar y detenerme del activismo, me está permitiendo saber y experimentar que solo Dios puede poblar la soledad interior. También empecé a valorar el inmenso don que es tener una familia y que cuando estamos plantados en una comunidad espiritual genuina, como AL Tercer Día, nos complementamos y fortalecemos unos a otros en la fe.
Conversión, calma, salvación, seguridad, perfecta confianza. Me preguntaba hoy qué me decía con esto el Señor, en su Palabra por medio de Isaías:
* Conversión: esta es una oportunidad para pegar un giro, cambiar mi oración, salir del espíritu de religiosidad y de la rutina, para orar en espíritu y en verdad; pedir al Espíritu Santo que ore en mi , que me enseñe a orar para que se dé un encuentro de intimidad y calidad con Aquel que conoce y sondea mi corazón.
* Calma, ausencia de agitación y de nervios en la forma de actuar. ¿Le estoy entregando toda mi verdad al Señor en la oración? ¿Cómo salgo de la oración, del santo rosario, de la misa online? ¿Irradio a Cristo, soy testigo de su Luz, lo reflejo con coherencia? ¿Qué fuerza vital se despertó en mí en esa intimidad con el Señor: la fuerza del fuego de su AMOR, la fuerza de una FE auténtica, la fuerza de una ESPERANZA renovadora? ¿Salí fortalecida con DISCERNIMIENTO, SABIDURÍA DIVINA, REVELACIÓN, CRITERIOS DE VIDA, AUTORIDAD MORAL Y ESPIRITUAL, LLENURA DEL ESPIRITU SANTO?
* Salvación, seguridad, confianza: Me impacto descubrir que salvación se refiere a libertad interior, y seguridad a sensación de total confianza que se tiene en algo o alguien.
Cristo nos libertó para que vivamos en libertad interior, pero tengo que mantenerme firme para no caer en la esclavitud de la baja autoestima, de la victimización, de la falta de perdón, del miedo, de la desesperanza, del espíritu de religiosidad.
“Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud”.
Gálatas 5:1
“Tú eres mi refugio;tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación”.
Salmos 32:7
¡Creo hoy más que nunca Señor en tu Palabra viva y eficaz, en tus promesas de sanidad y liberación! ¡Gracias por esta posibilidad de enfrentar todas las mentiras del enemigo (emociones negativas, dardos de noticias abrumadoras a cada rato) con tu Palabra, Señor!
Si en tu interior hoy entraron esas mentiras del enemigo, te invito a alabar a Dios en medio de la dificultad, a rodearte de cantos de liberación, a confiar plenamente en el Señor, en sus promesas y Palabra. Solo Él “entregará a los reyes (coronavirus) en tus manos para que borres sus nombres de debajo del cielo; nadie podrá resistir ante ti hasta que los hayas destruido” (Deuteronomio 7, 24)
“Reconoce, pues, que Yavé, tu Dios, es «el» Dios. Es el Dios fiel, que guarda su Alianza y su misericordia hasta mil generaciones a los que lo aman y cumplen sus mandamientos. Yavé alejará de ti toda enfermedad, no dejará caer sobre ti ninguna de las plagas de Egipto que tú conoces. Tal vez dirás en tu corazón: Estos pueblos son más numerosos que yo, ¿cómo los voy a desalojar? Mas no temas, acuérdate de lo que hizo Yavé, tu Dios, con Faraón y con todos los egipcios; de aquellas terribles pruebas que vieron tus ojos, y de los prodigios y señales, de la mano fuerte y de los grandes golpes con que te libertó Yavé, tu Dios. No les tengas miedo, porque Yavé, tu Dios, Dios grande y terrible, está en medio de ti. Entregará sus reyes en tus manos para que borres sus nombres de debajo del cielo; nadie podrá resistir ante ti hasta que los hayas destruido.
(Deuteronomio, Capítulo: 7, versículos 9,15a, 17-19, 21 y 24)