La Obediencia

Escrito el 06/04/2020
Ruben Alejando Aguirre

Toda mi carrera como Oficial de Gendarmería, estuvo basada en un eje, algo simple y que todos entendemos y todos podemos hacerlo bien, aunque a veces nos cueste… la OBEDIENCIA.
Paralelo a mi profesión y por fuera de la Gendarmería, no me faltaba nada, pero nunca estuve cien por ciento pleno, el tiempo iba pasando y siempre había un problema…, con bajos y altos, una rueda que giraba, siempre en el mismo lugar.
Luego de pasar por varias vueltas de esa rueda en mi vida, me casé con Martha; pero algo siempre nos impedía estar plenos, felices, a pesar que teníamos todo lo necesario: un hijo sano, una linda casa, auto, familia, trabajo, ahorros, viajes de vacaciones y demás; hasta que Martha a través de una enfermedad que padeció (ataques de pánico), buscando sanarse, conoció la comunidad “Al 3er Día”, en ese momento esa rueda, empezó a frenar de a poco (aunque aún no se detenía), yo seguía siendo sólo un espectador ubicado en 1ra fila, por eso puedo responder la siguiente pregunta sin equivocarme:
¿Qué hizo mi esposa Martha cuando se unió “Al 3er Día”?
Se encontró con un mundo nuevo y sólo aplicó la OBEDIENCIA.
➢ Por OBEDIENCIA a las prédicas que se realizaban en la comunidad, ella empezó a tener conocimiento de Dios.
➢ Por OBEDIENCIA a la Palabra del Señor, Martha se curó de la enfermedad que padecía.
➢ Por OBEDIENCIA a la Palabra (que aprendió en la comunidad), ella desarrolló una Fe fuerte en las Promesas de Dios.
➢ Por OBEDIENCIA, comenzó a transmitirme lo que iba aprendiendo, es decir, empezó a predicarme, como dice en Marcos 16; 15: “vayan por todo el mundo y proclamen la buena noticia”.
➢ Por OBEDIENCIA también, ELLA estaba en oración y ayuno con un propósito; entonces, a su tiempo, se le otorgó a Martha lo que dice la Biblia en Juan 14;14: “Les concederé todo lo que pidan en mi nombre”.
Se cumplía su propósito de ayuno, porque el Señor hizo su obra en mí y me llevó a los pies de Jesús a través de la Iglesia, dentro de la comunidad de “Al 3er Día”, e hice allí, lo mismo que en la Gendarmería (lo mismo que hizo mi esposa), casi SIN SABER y SIN ENTENDER empecé a aplicar la OBEDIENCIA.
OBEDIENCIA a lo que escuchaba y se enseñaba en las prédicas, a lo que me transmitían mis hermanos de la comunidad; y por medio de esa OBEDIENCIA, el Señor me eligió, me quitó la venda de mis ojos, abrió mis oídos y mi entendimiento, me quebrantó, me mostró sus “milagros” y “señales” bien palpables y visibles a mis ojos (que antes no había visto y que se los contaré en otra oportunidad), en ese tiempo, dejó de girar esa rueda y al fin se detuvo.
Me habían dicho: “andá a hacer un retiro espiritual, dale, te esperamos”; fui OBEDIENTE y concurrí. A partir de ese momento, casi finalizando la cuaresma del año 2019, un par de días antes del Domingo de Ramos de ese año, entendí lo que significa: transformarse, renovarse, nacer de nuevo, sentir como
entraba en mi corazón el Espíritu Santo de Dios, con la consiguiente paz, (que sobrepasa todo entendimiento) que te da sólo la Presencia
del Señor en tu interior.

A partir de ese día encontré la plenitud, el gozo que me faltaba y el único esfuerzo que hice fue ser OBEDIENTE. Ahora está en mí, tengo esa libertad de quedarme y seguir donde está la plenitud y donde conocí al Señor; o puedo volver a ese lugar en el que estaba antes, con todo lo necesario, pero incompleto, e infeliz.

Lo que el Señor hizo en mi vida, no fue un acto de magia, me señaló el Camino, la Verdad y la Vida para seguirlo, a través de Su Palabra
Él me llamó a ser su servidor.