En este tiempo que estamos viviendo, de esta pandemia, de este virus que afecta a todo el mundo, una de las cosas con las que más es posible que estemos luchando es con el miedo.

Se dice mucho que el miedo también es un virus, que nos afecta y que debemos parar.

Una de las cosas que más he escuchado y también yo misma lo he dicho es -esto no lo esperábamos, no lo imaginábamos.

Y realmente es así,… y esa es una de las razones por la que nos resulta difícil,… es algo fuera de nuestro control. Nuestra vida cambió de un momento a otro, sin poder planificar demasiado nada; sino que vino y se instaló en nuestra cotidianidad, algo no vivido nunca antes, desconocido.

Cambió nuestras agendas, enfoques, proyectos y hasta nuestra forma de relacionarnos.  Ahora hay que evitar el contacto con otras personas, quedarse adentro, etc, etc, etc

Ante este escenario, en el que nuestra mente permanentemente está tratando de procesar, resolver, evaluar y entender, puede que aparezcan muchos miedos, angustia y ansiedad.

El miedo a la muerte, a la enfermedad, a la soledad, a la situación económica, a lo que va a pasar, a lo nuevo, a lo desconocido y así podríamos enumerar una larga e interminable lista de miedos que se pueden ir agregando.

Es bueno que los escuchemos y no que los ignoremos, quizás en este tiempo nos demos cuenta que esos miedos siempre estuvieron en nosotros pero que los tapábamos no queriendo escuchar esas voces interiores. Los tapábamos con actividades personas y tantas cosas…

Este tiempo es una posibilidad como  quizás nunca antes la hemos tenido, de ver como realmente esta nuestro interior y aprovechar a trabajarnos para  ser libres de todos  los miedos que pueden estar en nuestra vida.

Decía anteriormente que nuestra mente está tratando de procesar todo el tiempo lo que está pasando y es importante que prestemos mucha atención a lo que estamos pensando y a lo que  dejamos entrar a nuestra mente por medio de lo que miramos, leemos hablamos y escuchamos.

Un tiempo para revisar fundamentalmente que es lo que estamos dejando entrar en nuestro interior, porque lo que dejemos entrar es lo que va a anidar en nuestro corazón.

El miedo es una emoción que responde siempre a un pensamiento que lo produce. Pensamiento de peligro y totalmente negativo por supuesto.

Se ve claramente entonces, como la raíz de lo que debemos trabajar, es ese pensamiento que lo produce.

Quizás nunca tuvimos tiempo o sencillamente  no nos pareció importante detenernos en prestar atención a lo que estábamos pensando y creyendo. Pero realmente esto es fundamental  siempre!!!!. ¿Por qué? Porque de acuerdo como pensamos vivimos.

Entonces queridos hermanos tenemos esta oportunidad para revisar nuestro interior de la mano de Dios.

Dice el Señor en el Salmo 46,10.: “Paren y reconozcan que yo soy Dios, muy por encima  de los pueblos y muy alto sobre la tierra”.

Me encanta ese versículo de la Biblia, nos dice el Señor: alto detente, revisemos como está tu interior y por ende tu vida. Nos dice: sos pequeñito necesitas de mí,  Yo tengo el control.

Leer la palabra de Dios nos cambia el pensamiento, nos da paz y seguridad.

Lo que Dios piensa, penetra en nuestro interior cuando leemos su palabra y es ahí cuando el pensamiento de peligro que trae la emoción de miedo, es cambiado por el pensamiento de Fe, de confianza y de protección.  Y esto siempre  nos trae paz.

Aprovechemos este tiempo entonces!!! . Repasemos como :

1- Reconocer  los miedos que tenemos y entender que siempre  estuvieron en nuestro interior y quizás ni nos dábamos cuenta .

2- Saber que los miedos se pueden transformar, que podemos salir de todos los miedos de la mano de Jesús.

3- Prestar atención a lo que pensamos, anotar ese pensamiento de peligro y negativo, tenerlo bien claro frente a nosotros para poder destruirlo.

4- Dios nos da herramientas para liberarnos, y  las tenemos que usar para que funcionen.

5-- La palabra de Dios cambia nuestra manera de pensar y por ende cambia nuestra manera de vivir por lo tanto es importante leerla.

6- La Fe y la confianza en Dios destruye el miedo.

Dice el Señor en Isaías 6,17. “Y tendrán una alegría permanente”.

En Juan  16,20 dice  “Ustedes  tendrán una alegría que nadie les podrá quitar”.

Contrariamente a esto el miedo trae angustia, tristeza. Por supuesto Dios no quiere que esa emoción habite  en nosotros. !!! Todo lo contrario ¡!!

Pidamos a Dios poder vivir esa alegría que dice su palabra, y si lo dice es porque se puede, esa alegría permanente que nada nos podrá quitar.  

Alegría en todo momento, aun en tiempos adversos, alegría por saber en quien esta puesta nuestra confianza, saber que El  está atento a nosotros y que en El estamos guardados.

Se imaginan que podamos vivir esto en este momento, que enseñanza tan valiosa y perdurable dejaremos en nuestra familia y nuestros hijos!!  Y cuan fácil nos será llevarla después al resto de nuestra vida !!!

No saldremos igual de este momento estoy  segura, es un tiempo de gracia de Dios, si nos tomamos de El saldremos con más fuerza, con más valentía con más Fe.  Esta dificultad será como un trampolín, nos dará envión para volar más alto e ir a conquistar todos  nuestros sueños.