Día 37

Escrito el 25/03/2021
Al Tercer Día

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».

El ángel le contestó:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque “para Dios nada hay imposible”».

María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

Reflexión: 

  Muchas veces cuando leemos este Pasaje de las Escrituras, no podemos dejar de asombrarnos de cómo el Señor levanta de una manera especial la vida de esta jovencita María, y la elije de entre todas las mujeres de todas las épocas para la misión más maravillosa que una mujer pueda desear: “Ser elegida para llevar en su vientre al mismo Dios”, algo que no entra en nuestro entendimiento.

 Este diálogo que tienen el Ángel Gabriel y María en la Visitación, nos enriquece de gran manera para aplicar los principios acá contenidos para nuestra vida.:

  1. “Alégrate”: éste es el primer principio. La alegría es la característica más sobresaliente de la Presencia de Dios en nuestra vida, fruto del Amor y la Fe. “Un cristiano triste es un triste cristiano” nos dice el Papa Francisco.
  2. “No Temas”: el miedo se va cuando nos entregamos totalmente al Señor como lo hizo María, nuevamente la Fe y el Amor echan fuera todo temor.
  3. “La Revelación”: ésta viene cuando hay un corazón entregado como el de María, dispuesto a obedecer, que pregunta cómo será el Plan de Dios para estar lo más permeable posible para obedecer cada detalle del Plan Divino.
  4. “La Respuesta”: “Hágase en mí como has dicho”, “He aquí la esclava del Señor”. La respuesta absoluta desde la fe, sin temor, un SÍ rotundo a la Voluntad Divina, sin cálculos personales, sin pensar en los riesgos, sólo creyendo y obedeciendo.

Nos volvemos a preguntar… ¿Cómo podríamos dejar afuera de nuestro corazón a María, si el Mismísimo Creador de todas las criaturas la eligió copartícipe de Su Plan Divino de Salvación?

 “Ruega por nosotros Santa Madre de Dios”.