Día 35. Templos del Espíritu Santo. Martes por la Salud

Escrito el 05/01/2021
Al Tercer Día

Lucas 13:10-17

Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo, reaccionó diciendo a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? Y ésta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? Y al decir El esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por El.

 

Hechos 2:21

Y SUCEDERA QUE TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERA SALVO.

Romanos 10:11-13

Pues la Escritura dice: TODO EL QUE CREE EN EL NO SERA AVERGONZADO. Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que le invocan; porque: TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERA SALVO.

 

421. "Los fieles cristianos creen que el mundo [...] ha sido creado y conservado por el amor del Creador, colocado ciertamente bajo la esclavitud del pecado, pero liberado por Cristo crucificado y resucitado, una vez que fue quebrantado el poder del Maligno...".

 

432. El nombre de Jesús significa que el Nombre mismo de Dios está presente en la Persona de su Hijo hecho hombre para la Redención universal y definitiva de los pecados. Él es el Nombre divino, el único que trae la salvación y de ahora en adelante puede ser invocado por todos porque se ha unido a todos los hombres por la Encarnación de tal forma que "no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos".

 

455 El nombre de Señor significa la soberanía divina. Confesar o invocar a Jesús como Señor es creer en su divinidad "Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!" sino por influjo del Espíritu Santo"

 

REFLEXIÓN:

Es tremendo que nos llegue a suceder como a estos líderes religiosos, volvernos insensibles a las realidades dolorosas de las personas; a ellos les importaba más cumplir con las legalidades que la vida misma de esta mujer que padecía tanto.

Volverse legalista, fariseo, es un peligro. Debemos estar atentos, sobre todo cuando hace tiempo que caminamos en la Iglesia, esto, sin oración personal a los pies de Jesús, sólo trabajando en la iglesia, corremos el riesgo de entrar en un activismo que nos puede llevar a endurecer nuestro corazón. Acá, estos líderes religiosos, preferían debatir la sanidad y discutir sobre cuestiones teológicas que ver a esta mujer sana; preferían contender acerca de la liberación que verla libre.

Jesús sanó a esta mujer que había estado encorvada por 18 años. Imaginemos la situación… Jesús la llama “hija de Abraham”, demostrando así que esta mujer tenía fe,  a la que liberó después de estar atada por el demonio por casi 20 años; lo lógico sería que los líderes religiosos del templo fueran los que más se gozaran por esta sanidad. Pero ¡no!, más bien se enojaron con Jesús por curar en sábado, que según las leyes de ese tiempo, no había que hacer ningún trabajo. Y si reflexionamos más profundamente en este pasaje, nos preguntamos: ellos que criticaron a Jesús por sanarla ¿qué hicieron por esta mujer durante estos 18 años?  Creemos que éste fue el mayor punto de indignación de Jesús, y no por casualidad Él la sana en sábado, sino que lo hace para demostrar que la misericordia tiene mayor valor que las normas religiosas.

Los signos de curaciones y milagros que Jesús hacía, no son otra cosa que la manifestación del Reino de Dios entre nosotros. Cuando Juan le envió a sus discípulos a preguntarle si era Él el que habría de venir o tendrían que esperar a otro, Jesús les respondió a sus enviados diciéndoles que “cuenten lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan y los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena noticia es anunciada a los pobres y feliz aquel para quien yo no sea piedra de tropiezo” (Lucas 7;22-23).

 ¿Habrá que agregar algo más?

 Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.

 Y hoy como ayer, donde hay fe y disposición del corazón, también sanan los enfermos, resucitan los muertos y la Buena Noticia es anunciada a los pobres.

Dice el Catecismo en el ítem 432, qué Jesús es el único que trae Salvación y que puede ser invocado por todos los hombres, porque se ha unido a todos los hombres por la Encarnación, de tal forma que no hay bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres por el que nosotros debemos salvarnos. Si nos decidimos a guardar los mandamientos y dejamos que la Palabra de Dios abunde en nuestra vida, el Nombre de Jesús llegará a ser cada vez más poderoso para nosotros, será más que una sola palabra, se convertirá en una fuerza que hará que toda situación y todo dominio que trate de interponerse en nuestro camino doblará sus rodillas cuando se lo ordenemos en el Nombre de Jesucristo. En ese Nombre hay más poder del que nosotros nos podemos imaginar, nuestra fe debe estar aferrada a la autoridad del Nombre de Jesús-como nos lo dicen las Escrituras y nos lo recalca el Catecismo-; por eso, cuando un espíritu maligno trata de traer enfermedad, miseria, depresión o cualquier otra basura a nuestra vida o a nuestra familia, podemos poner el Nombre de Jesucristo, Nombre sobre todo nombre, sobre esas situaciones ordenándoles que se retiren.  Recordamos una situación que vivimos en un momento: el sacerdote nos había pedido a un grupo de  hermanos que lo acompañáramos en oración por una adolescente que estaba muy perturbada; ella había jugado inocentemente al “juego de la copa” y esto había ocasionado que quedara  muy perturbada por demonios y por sus manifestaciones. Cuando nos pusimos a orar, ella cambiaba de voz; en un momento, luego de perseverar junto al sacerdote y los hermanos en oración,  un servidor le ordenó al demonio que se fuera en el Nombre de Jesucristo y la joven quedo liberada al instante;  luego el sacerdote le suministró el sacramento  de la Unción de los enfermos. Fue una gran victoria, nunca olvidaremos ese episodio que, al sólo Nombre de Jesucristo, el diablo tuvo que huir. Hay poder en el Nombre de Jesucristo. Dios mismo viene a la escena, y donde está el Señor de señores, el mal no puede permanecer.

 

Hoy voy a Pedir perdón por:

Hoy Voy a Dar Gracias Por:

En Oración voy a pedir: por mi salud, por la de mis seres queridos,  y por la de todos los enfermos que conozco.