Lucas 15:29-32
Pero él le contestó: "Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él el ternero gordo. El padre le dijo: "Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.
Lucas 18:26-30
Los presentes dijeron: "¿Quién podrá salvarse entonces?" Jesús respondió: "Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. En ese momento Pedro dijo: "Ya ves que nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido. Jesús respondió: "Yo les aseguro que ninguno dejará casa, esposa, hermanos, padre o hijos a causa del Reino de Dios" sin que reciba mucho más en el tiempo presente y, en el mundo venidero, la vida eterna.
Salmos 139:13-17
Pues eres tú quien formó mis riñones, quien me tejió en el seno de mi madre. Te doy gracias por tantas maravillas, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe. Mis huesos no te estaban ocultos cuando yo era formado en el secreto, o bordado en lo profundo de la tierra. Tus ojos veían todos mis días, todos ya estaban escritos en tu libro y contados antes que existiera uno de ellos. ¡Tus pensamientos, Dios, cuanto me superan, ¡qué impresionante es su conjunto!
Catecismo
269. Las sagradas Escrituras confiesan con frecuencia el poder universal de Dios. Es llamado "el Poderoso de Jacob", "el Señor de los ejércitos", "el Fuerte, el Valeroso". Si Dios es Todopoderoso "en el cielo y en la tierra”, es porque Él los ha hecho. Por tanto, nada le es imposible y dispone de su obra según su voluntad; es el Señor del universo, cuyo orden ha establecido, que le permanece enteramente sometido y disponible; es el Señor de la historia: gobierna los corazones y los acontecimientos según su voluntad.
1468. "Toda la fuerza de la Penitencia consiste en que nos restituye a la gracia de Dios y nos une con Él con profunda amistad". El fin y el efecto de este sacramento son, pues, la reconciliación con Dios. En los que reciben el sacramento de la Penitencia con un corazón contrito y con una disposición religiosa, "tiene como resultado la paz y la tranquilidad de la conciencia, a las que acompaña un profundo consuelo espiritual". En efecto, el sacramento de la reconciliación con Dios produce una verdadera "resurrección espiritual", una restitución de la dignidad y de los bienes de la vida de los hijos de Dios, el más precioso de los cuales es la amistad de Dios.
REFLEXIÓN:
Muchas veces hemos reemplazado gran parte del Evangelio del Reino por el Evangelio de la Salvación. La belleza del mensaje de Salvación hace que sea muy fácil olvidarnos del hecho de que es sólo una parte de lo que Jesús nos dejó. El Evangelio de la Salvación se concentra en alcanzar a las personas para que vayan al Cielo. El Evangelio del Reino busca transformar vidas, ciudades y naciones por medio del Reinado de Dios que se manifiesta al traer la realidad del Cielo a la Tierra. No debemos confundir nuestro destino con nuestra misión. El Cielo es mi destino, y traer el Reino de Dios a la Tierra es nuestra misión. Todo aquello incompatible con el Cielo-ya sea una enfermedad, un tormento, odio, división, pecados, opresión, miseria, etc.- debe someterse a la autoridad del Rey. El Items 269 del Catecismo nos habla del Poder Universal de Dios, “el Señor de los ejércitos”. Todo ha sido hecho por Él, por lo tanto, todo está bajo su poder. “El Señor de la historia gobierna los corazones y los acontecimientos según su voluntad”, dice.
El aprender a priorizar el Reino de Dios, nos posiciona en una plataforma de continuas recompensas por parte de Dios; es tal cual lo que Jesús le responde a Pedro: “Yo les aseguro que ninguno dejará casa, esposa, hermanos, padre o hijos sin que reciba mucho más en el tiempo presente y en el mundo venidero la vida eterna”. Acá claramente Jesús les está hablando de los dos mensajes: el de la Salvación y el del Reino. Hace unos días cuando preparábamos el mensaje de Navidad, uno de nuestros nietitos, después de grabar el mensaje, nos decía que mientras lo grababa no le costaba, pero que cuando se veía le daba mucha vergüenza. Nosotros le respondíamos que cualquier sacrificio que hagamos para servir al Señor jamás queda sin recompensa, porque Él así lo dice en su Palabra; y a qué mejor Señor podemos servir en esta Tierra que a Jesús… le preguntábamos. Y claramente nos respondía –“¡A nadie mejor que a Él, abu!”
Otro aspecto que queremos destacar es que debemos arrepentirnos para ver el Reino. La palabra arrepentirse significa “cambiar la manera de pensar”, el Catecismo nos ilumina diciéndonos que “la fuerza de la Penitencia nos restituye a la gracia de Dios y nos une con Él con profunda amistad”. El problema que a veces tenemos, es que no nos arrepentimos de corazón y no podemos por ende, entrar en el Reino de Dios. Si el sacramento de la Reconciliación se transforma en un trámite burocrático, que a veces decidimos realizarlo cuando estamos en misa, sin un previo trabajo de arrepentimiento, no nos permitirá entrar en esa amistad con Dios.
Hace unos años, uno de nosotros estaba esperando para confesarse, y en la fila mientras esperábamos nuestro turno, una señora nos manifiesta que ella se confesaba pero que no tenía pecado, pero que la que sí los tenía y muchos, era su cuñada. Este hecho real, que por supuesto a todos nos desprende una sonrisa, es muchas veces común en nuestro interior… nos podemos ver-como el hermano del hijo pródigo-mejores que otros, y tenemos muchas barreras aún para entrar en el Reino de Dios porque no visualizamos las montañas de soberbia y orgullo que a veces padecemos, y esto nos impide ver la totalidad del Reino de Dios en nuestras vidas… que sólo trae salud, prosperidad y vidas familiares sanas y felices.
Cuando declaramos el mensaje correcto, creamos una atmósfera a la que todos pueden entrar. Sin importar cuál sea la necesidad, hay una respuesta en el momento. Por eso es necesario que cuando predicamos estemos en las Manos de Dios… El mensaje correcto empalma con la verdad de Jesús . Él cambia la atmósfera para que la manifestación del poder de Dios se cumpla. Abrazamos así la irresistible Gracia de Dios, y por consiguiente, satisfacemos el deseo que se encuentra en el corazón de todo ser humano. Cuando aceptamos a Jesús como Nuestro Señor, arrepintiéndonos genuinamente, cada uno de nosotros, pasa de ser un esclavo a ser poseedor del Reino de Dios en un instante.
Pasamos de estar atados al reino de las tinieblas-a través del pecado-, a ser parte del Reino de la luz; de no tener derechos legales en el Reino de Dios a ser ciudadanos de Su Reino con todos los derechos y obligaciones de Él.
Esto es maravilloso.
Hoy voy a Pedir perdón por:
Hoy le voy a Pedir Perdón a: (Anota los nombres)
Hoy Voy a Dar Gracias Por:
Hoy voy a darle gracias a: (Anota los nombres)
En Oración voy a pedir: Al Espíritu Santo que nos revele nuestra misión acá en la Tierra .