Romanos 5:20
Al sobrevenir la Ley, el pecado tuvo más auge, pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.
Catecismo
274. "Nada es, pues, más propio para afianzar nuestra fe y nuestra esperanza que la convicción profundamente arraigada en nuestras almas de que nada es imposible para Dios. Porque todo lo que (el Credo) propondrá luego a nuestra fe, las cosas más grandes, las más incomprensibles, así como las más elevadas por encima de las leyes ordinarias de la naturaleza, en la medida en que nuestra razón tenga la idea de la omnipotencia divina, las admitirá fácilmente y sin vacilación alguna".
418. Como consecuencia del pecado original, la naturaleza humana quedó debilitada en sus fuerzas, sometida a la ignorancia, al sufrimiento y al dominio de la muerte, e inclinada al pecado (inclinación llamada "concupiscencia").
420. La victoria sobre el pecado obtenida por Cristo nos ha dado bienes mejores que los que nos quitó el pecado: "Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia" (Rm 5,20)
REFLEXIÓN:
Dice el ítems N° 274 del Catecismo que para afianzar nuestra fe y nuestra esperanza debemos tener profundamente arraigada la convicción en nuestra alma que “para Dios nada es imposible”. Comprendemos que nuestra alma está formada por los pensamientos, las emociones y nuestra voluntad; entonces, con todos nuestros pensamientos, con todas nuestras emociones y con total voluntad debemos creer que para Dios nada es imposible.
¿Estás atravesando un problema de salud? Pensar, sentir y decidirnos firmemente a creer que para Dios todo es posible, aunque nuestra lógica y nuestros razonamientos no lo pueden explicar.
Muchas veces, como decíamos las semanas anteriores tratando este tema, no tenemos claro que Dios nos ama inmensamente y jamás querría que sufriéramos para aprender algo, sin embargo, sí quiere que le escuchemos y Él es por excelencia Compasivo. Y a este don también debemos pedírselo al Señor: “La compasión”.
¿Qué significa tener compasión? Es tener un anhelo profundo que responde a las necesidades de las personas, es mucho más que sentir lástima. La lástima no trabaja, sólo siente pena por las personas, pero la compasión nos lleva a hacer algo por ellas. La compasión fue todo el motor de cada movimiento de Jesús, movido por ella multiplicó los panes, sanó a los enfermos, echó fuera demonios, resucitó muertos y padeció, murió en la cruz y resucitó también movido por la compasión hacia cada uno de nosotros. A esa misma compasión Él desea manifestarla hoy por medio de tu vida y la nuestra. Esto es extraordinario. Entender que nosotros hoy somos el cuerpo de Jesús. Hoy somos el único cuerpo que Jesús tiene en la Tierra. Su sanidad tiene que fluir a través de nosotros, Su compasión tiene que movilizarnos a dar alimentos a quienes lo necesitan, a echar fuera demonios en Su Nombre y poner en libertad a los esclavizados por tantas situaciones, necesitamos activar esa compasión que el Espíritu Santo ha puesto dentro de nosotros y ponerla en acción. Se activa a través de la oración, el ayuno y meditando los Evangelios; ahí notaremos cuánto tiempo pasó Jesús a solas con el Padre. Ese tiempo activó la compasión del Padre dentro de Él, e hizo que sintiera lo que Dios siente por el sufrimiento de la humanidad y lo conmovió tanto, que siempre que se encontraba con una necesidad, la satisfacía por medio del poder de Dios. Hagamos lo mismo, estemos tiempo en Comunión con el Padre hasta que surja en nuestro interior la compasión por las personas que conocemos y por las que aún no conocemos. Que el anhelo de ver sus vidas libres llegue a ser una prioridad en nuestra manera de pensar. Jesús nos ha enviado para alcanzar y tocar este mundo que vive en su mayoría en un lugar de indiferencia al dolor de los demás. Que Su Amor y su compasión nos inunden. Como creyentes estamos destinados a ser embajadores y representantes de Jesús.
Estar al tanto de que Dios es Bueno, es vital, para convertirnos en personas efectivas para su Reino.
Hoy voy a Pedir perdón por:
Hoy Voy a Dar Gracias Por:
En Oración voy a pedir:
Que Tu Amado Espíritu Santo, desate el espíritu de sabiduría y revelación sobre nosotros, para que podamos ver a Cristo con más claridad y así podamos representarlo con más exactitud colmados de compasión y así vivir y manifestar Tu Bondad en medio de las naciones.