Génesis 2:21-25
Entonces Yahvé hizo caer en un profundo sueño al hombre y éste se durmió. Le sacó una de sus costillas y rellenó el hueco con carne. De la costilla que Yahvé había sacado al hombre, formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre exclamó: Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada varona porque del varón ha sido tomada. Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser una sola carne. Los dos estaban desnudos, hombre y mujer, pero no sentían vergüenza.
Génesis 3:11-12
¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol que te prohibí? El hombre respondió: "La mujer que pusiste a mi lado me dio del árbol y comí.
Génesis 3:21
En seguida Yahvé Dios hizo para el hombre y su mujer unos vestidos de piel y con ellos los vistió.
Catecismo
1282. Desde los tiempos más antiguos, el Bautismo es dado a los niños, porque es una gracia y un don de Dios que no suponen méritos humanos; los niños son bautizados en la fe de la Iglesia. La entrada en la vida cristiana da acceso a la verdadera libertad.
1284. En caso de necesidad, toda persona puede bautizar, con tal que tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia, y que derrame agua sobre la cabeza del candidato diciendo: "Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
El matrimonio bajo la esclavitud del pecado
1607. Según la fe, este desorden que constatamos dolorosamente, no se origina en la naturaleza del hombre y de la mujer, ni en la naturaleza de sus relaciones, sino en el pecado. El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la comunión original entre el hombre y la mujer. Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo mutuo, don propio del creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia (cf Gn 3,16); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos, de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores del parto y los esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).
1608. Sin embargo, el orden de la Creación subsiste aunque gravemente perturbado. Para sanar las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios, en su misericordia infinita, jamás les ha negado (cf Gn 3,21). Sin esta ayuda, el hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los creó "al comienzo".
Twitter del Papa Francisco @Pontifex_es (28 jul. 2015)
Queridos jóvenes, no tengan miedo del matrimonio: Cristo acompaña con su gracia a los esposos que permanecen unidos a él.
REFLEXIÓN:
Todo el amor que Dios tiene en sí mismo, toda la Verdad que Dios tiene… los entrega a la familia.
Si una familia es verdaderamente familia es capaz de abrir los brazos y recibir todo ese amor; por supuesto que en este mundo hemos perdido los beneficios del Paraíso. Acá en esta tierra la vida tiene sus problemas, ya que los hombres, por las astucia del demonio, aprendieron a dividirse, y todo ese amor que Dios nos dio al principio para que viviéramos en Él, se perdió. Pero Bendito sea el Señor que tuvo el Plan para volvernos a integrar en su bendito amor.
Cuando el hombre y su esposa se alejaron de Dios, Dios no los dejó solos. Les dio el regalo más grande: a su Hijo Jesús. ¿Y adónde lo envió? Lo envió a una familia. Dios entró al mundo en una familia, y pudo hacerlo porque esa familia tenía el corazón abierto, tenía las puertas abiertas… Pensemos en la Virgen María: Ella no sabía cómo podía suceder aquello de quedar embarazada sin tener relación con ningún hombre, pero creyó… y cuando le explicaron “el cómo”, sólo obedeció. Pensemos en San José con las ilusiones de formar un hogar … y se encuentra con esta propuesta…, y en la obediencia de amor y sujeción a la voz del Espíritu Santo acepta este modelo de familia, y les abren así, ambos, la mayor puerta que se ha podido abrir en toda la historia de la humanidad: “la puerta de la Salvación” para el mundo entero.
Dios siempre golpea las puertas de los corazones. A ÉL le gusta golpear las puertas de las familias, de las familias que hacen crecer a sus hijos y que los educan ayudándoles a meditar en las promesas que Él nos ha dado en Su Palabra. De esta forma se crea una sociedad con valores, con amor, con bondad, con sabiduría, y con paz.
Hoy voy a Pedir perdón por:
Hoy Voy a Dar Gracias Por:
En Oración voy a pedir: Hagamos esta oración que está basada en textos bíblicos, por nuestra familia: “Padre Santo, Tú eres fiel, el Dios que guarda nuestra alianza .Tu Palabra dice que Tú guardas la alianza y la lealtad por mil generaciones . Yo tengo una Alianza Contigo a través de la Sangre de Jesús, la que aplico sobre mí y mi familia, Sangre que brinda salvación, perdón y bendición a mi vida. Tú le prometiste a Abraham que, a través de su simiente, todas las familias de la Tierra serían bendecidas. Jesús es la simiente prometida y a través de Él mi familia es bendecida. Vengo delante de ti a favor de mi familia y te pido que tu salvación, protección, liberación y restauración se manifiesten en mi familia. Te pido que cualquier integrante de mi familia, que hoy no esté en la Alianza Contigo, sea atraído a Ti por tu Espíritu Santo y que acepte a Jesús como su Señor y Salvador .
Pido que la bendición venga a mi familia y que mi familia se beneficie de todas las bendiciones de tu Alianza. Ten misericordia de mi familia y permite que tu benevolencia y entrañable misericordia esté con nosotros y sobre nosotros.
Que tu gracia y favor sea sobre mi familia.
Que mi familia en esta generación sea bendecida, y permite que las generaciones por venir caminen en Alianza Contigo y sean también benditas.
Señor, salva a mi familia.
Señor, permite que tu Palabra venga a cada miembro de mi familia y que puedan creer.
Ato y reprendo todo demonio, en el Nombre de Jesucristo, que haya sido asignado a los miembros de mi familia para evitar que reciban salvación.
Señor, que la salvación venga a mi casa, que mi casa sea como la casa de Obed- Edom (2° Samuel 6,11). Gracias Padre porque sé que esta oración ha llegado a tu Presencia y que prontamente veré tu respuesta.
Amén.