Salmos 133:1
¡Qué bueno y qué tierno es ver a esos hermanos vivir juntos!
1 Corintios 1:10
Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que se pongan todos de acuerdo y terminen con las divisiones, que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos criterios.
168. La Iglesia es la primera que cree, y así conduce, alimenta y sostiene mi fe. La Iglesia es la primera que, en todas partes, confiesa al Señor […]
169. La salvación viene solo de Dios; pero puesto que recibimos la vida de la fe a través de la Iglesia, ésta es nuestra madre: "Creemos en la Iglesia como la madre de nuestro nuevo nacimiento, y no en la Iglesia como si ella fuese el autor de nuestra salvación"
2730 mirado positivamente, el combate contra el ánimo posesivo y dominador es la vigilancia, la sobriedad del corazón. Cuando Jesús insiste en la vigilancia, es siempre en relación a Él, a su Venida, al último día y al “hoy”. El esposo viene en mitad de la noche; la luz que no debe apagarse es la de la fe: “Dice de ti mi corazón: busca su rostro”.
Twitter del Papa Francisco @Pontifex_es (11 nov. 2020)
Quien reza nunca está solo. De hecho, Jesús nos acoge en su oración, para que nosotros podamos rezar en Él y a través de Él. Y esto es obra del Espíritu Santo. El Evangelio nos invita a rezar al Padre en el nombre de Jesús.
REFLEXIÓN:
Hace unos años en un período de sequía, vimos el lecho de un río-el Santa Lucía, en Uruguay, en el que de niños podíamos bañarnos y disfrutar del verano junto a nuestras familias-transformado por la sequía en sólo un arenal, se podían ver algunas piedras y escasa vegetación en el lecho del mismo y pensábamos que, lo que estaba preparado para un fin, ahora por las circunstancias externas estaba transformado.
Desafortunadamente éste es el estado en que se encuentran algunas Comunidades, con la sequía de las críticas, de las murmuraciones, y de las divisiones que las azotan hasta secarlas. Si has atravesado por un momento en que en tu Comunidad no encontraste agua, debes buscarla, porque corres el peligro de deshidratarte y morir. Todos somos conscientes del hecho que necesitamos agua cada hora del día. Necesitamos a alguien que nos diga que Dios es nuestro Salvador, nuestro Gozo en medio del dolor, nuestro Sanador, el Gran Misericordioso que perdona cualquier pecado, Aquél que provee de una salida donde parece que no la hay. Tenemos necesidad de que alguien nos diga que Él es nuestra Torre Fuerte, el Médico que todo lo sana, el Abogado que todo lo resuelve, y el Agua para el desierto. Esto es el principio de estar en una Comunidad, pero también nuestro hermano necesita eso de mí: sería muy egoísta asistir a una Comunidad sólo para recibir y jamás centrarnos en dar. Volvemos a este principio bíblico: “dando es como se recibe”. Si sembrás una sonrisa en alguien que está a tu lado, en ese momento el retorno será inmediato; una sonrisa… de la misma manera todo lo que das recibís. Si criticas, recibirás críticas, si das amor, recibirás amor. En nuestra intimidad como esposos y fundadores de la Comunidad “Al Tercer Día” nos trabajamos mucho para no dejar entrar la crítica en nuestra vida. En oportunidades discernimos algunas situaciones de la Comunidad que hay que modificar, pero el hilo entre el discernimiento y pasar a la crítica a veces parece ser muy fino, y estamos siempre alertas a no pasarnos de ese límite, porque entendemos perfectamente que pasaríamos al campamento del enemigo donde él tomaría el control de la situación. Siempre tenemos presente que debemos tratar a nuestros hermanos, no como lo que son ahora, sino, como Dios los creó para que fueran. Creemos en Al Tercer Día, que el propósito de la Comunidad es el mismo que Jesús estableció; Él vino a esta Tierra como hombre para dejarnos como legado su Realeza, Él vino a instaurar el Reino de Dios, es decir, que nosotros somos príncipes, pero si no lo tenemos en claro, muchas veces andamos como mendigos siendo parte de la Realeza más impresionante del Universo. Las Comunidades deberían tener un cartel que diga “aquí se entrena para reinar”. El Catecismo nos dice: “La Iglesia, es la primera que cree, y así conduce, alimenta y sostiene mi fe”. Imposible sería aprender a creer, ser conducido, alimentado y sostenido en la fe, sin la Comunidad que nos inserta en la Iglesia, es decir, nos inserta en el Plan Perfecto de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
La Madre Teresa de Calcuta dice: “Yo hago lo que tú no puedes, y tú haces lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas.”
¡Qué bueno y qué tierno es ver a los hermanos vivir juntos! (Salmo 133; 1)
Hoy voy a Pedir perdón por:
Hoy Voy a Dar Gracias Por:
En Oración voy a pedir: Atesorar esta enseñanza en mi corazón para vivir la Plenitud de mi llamado en la Comunidad en la que Dios me ha plantado.